Etica del baile





La ética del baile nos habla de un giro y una transvaloración: del deber-ser al querer-ser. Un modo  distinto de sentir, valorar y actuar alejado de los paradigmas y los estereotipos del vulgo. Aquí, la vida y la afirmación son los elementos centrales de donde deriva el valor de todos los valores. El fin está en librarnos de algunas de las cadenas y la decadencia típicas del hombre; vencer a la culpa, al arrepentimiento, al temor, a la estupidez, al remordimiento, a la vileza y a la pesadez.

Idea de amistad.
…La actitud que pone a la filia por sobre la fobia. Por medio de la cual se encuentran y aprovechan las coincidencias, se alcanza la complementariedad en la diferencia y a los amigos verdaderos, que son tus pares, compañía y felicidad del espíritu. La amistad como principio pues por medio de ella trasciende el individuo a través del amor, el intercambio dialógico y el compartir. Encuentra a quien sea mejor que tú y no te le separes. Es mejor seguir y crecer con otro a que te sigan y te estanques.
Haste amigo de los animales, del bosque, de los ríos, las montañas y los mares. También de otras personas, aunque nunca esperes nada de nadie. La amistad o es desinteresada o no lo es.
Haz de cada ocasión una oportunidad para intercambiar dones, querer y ser querido.
Es tarea fundamental encontrar, generar, cuidar y mantener siempre cerca a tus amigos. No dejes de visitar al mar y cantarle de vez en cuando. También será importante alejarse silenciosa y oportunamente de quienes no lo son y de las tormentas.

Idea de la armonía en la reciprocidad.
…Se recíproco principalmente en el amor –y en el desprecio- y ahí donde te hayan dado un bien o se te haya favorecido.
Aunque el regalar sin esperar nada a cambio es un principio implícito del bailarín, de quienes consideres tus pares no puedes sino esperar lo mismo que les ha dado, si no es así, al menos sabrás que éstos no son lo que creía.
Siendo recíproco nunca querrás estar donde no se te quiere; te será indiferente quien no te tome en cuenta. El mayor de los desprecios es el que ni siquiera se demuestra.
Sólo superficialmente esto parecerá un ojo por ojo. Nada más equivocado, la idea a seguir es: dos bienes por un bien y nada a cambio por un mal. Por un lado, un bien dado paga un bien recibido, y uno segundo mantiene el intercambio entre quienes se regalan. Por el otro lado, quien te hace daño es alguien que no te valora y por ende debe carecer de valor para ti y, como nada vale, nada merece más allá de tu desinterés.
Sin embargo nunca olvides tu derecho a defenderte tan contundente y poderosamente como puedas contra quien te dañe sin justificación ni merecimiento.

Idea de perfectibilidad.
…Dado que el hombre es finito, imperfecto y fuente inagotable de errores y tropiezos, el bailarín busca desarrollar al máximo su potencial, pulir sus actos y sus movimientos hasta hacer de su propia vida su más alta obra. En eso está su arte.
Porque te sabes perfectible jamás te des por vencido en la búsqueda de la superación de tus capacidades, acepta tus errores y corrígelos… y acepta los errores del otro sin buscar corregirlos a menos que se te pida lo contrario.
Aléjate del conformismo, la mediocridad y, en lo posible, de la autocomplacencia. Prefiere no anunciarte, sino llegar. Pierde la soberbia entrenándote con trabajo, disciplina, entrega y estrategia en pos de victorias consecutivas… y si has de encontrar la derrota, que lo harás, ve a su encuentro dignamente. Sin tardanza y sin apuros ve despacio porque llevas prisa, no dudes en que llegarás, pero el gozo no está en el acabar sino en el hacer.
Invierte en las cosas caras de la vida (aquellas a las que no les puedes poner un precio) por encima de las posesiones sin valor. 

Idea de la autonomía.
…El bailarín crea sus propios valores. Reserva tus juicios, promesas y palabra porque son lo más valioso que tienes. Nunca rompas ninguna de ellas pensando que saldrás impune.
Piensa lo que dices y di lo que piensas. Sé un soberano de tí mismo, crea tu ley… Para el bailarín es mejor estar convencido de lo que sabe que creer en lo que otros piensan. Has y trata al otro como quiseras que te trataran e hicieren. Se bienintencionado siempre, no te fíes de quien oculta sus intenciones. Es mejor ir de frente que ir dando tumbos por la vida. 

Idea de la hospitalidad.
…Como vida, animal y como hombre te debes a la Tierra, a la Naturaleza y a tus semejantes. Se buen huésped y anfitrión, enséñate a regalar y a recibir. Aprenderás así a ser generoso y a devolver los favores. Se una casa para los otros y, cuando seas un invitado, respeta las responsabilidades y obligaciones del visitante, así respetarás el territorio ajeno y harás respetar el propio.
Somos invitados de la vida, disfrútala en su diversidad y vela por ella.

Idea del escepticismo positivo.
…Nada me sorprende y sin embargo todo me asombra. Un hombre que así piensa y siente no sólo está listo y presto para toda circunstancia, sino que ha anticipado y valorado las decisiones que tomará en cada una de ellas. Esto es estar siempre listo para bailar.
Nunca un frío y rígido estratega estarás siempre preparado para la vida y la contingencia. Tus ojos y tu espíritu serán los del espectador estético. Conviértete en un hombre de pies ligeros, listo para cambiar de rumbo y replantear tus pasos. Sé un danzante que aprecia todo tipo de música, que encuentra hasta el ritmo más oculto y, a toda canción, su baile.
La verdad es una ficción, el bien y el mal son convenciones, pero el corazón sabe distinguir lo justo de lo injusto. Nunca olvides esto.

Conquistas del bailarín.
-No temas a la finitud ni a la muerte. Cada cosa tiene su propio fin. Después de la vida no sabemos nada, ni siquiera si habrá un después, pero ten por cierto que no habrá nada de lo que aquí conocemos. Ni mejor ni peor, la muerte sólo es lo radicalmente distinto y, por ello, lo que ignoramos plenamente. Y aquí debes recordar que temerle a lo que se ignora es propio de mentes estrechas y cobardes. Tras la vida no habrá más dolor ni sufrimiento, ni amor, ni alegrías, ni pasiones, ni aburrimiento. Todas ellas son potestades de la existencia. Por ello, la muerte es el fin de este mundo y de todo lo que sabemos. A lo mucho hay que tener curiosidad y respeto por ella. No hay que apurar un trago que de todos modos tomaremos. Nada más, pero tampoco nada menos.
Si aceptas esto ya no habrá nada que pueda inmovilizarte. Has aprendido a jugarte la vida por la vida misma, su valor y su poder. Sólo así se puede amar y ser amado al mismo tiempo.

-Se selectivo, no pierdas tu tiempo en futilidades más de lo necesario. Gusta de la diferencia y la diversidad (éstos son los modos del devenir y de la naturaleza). Todo lo que hagas, hazlo de tal modo que puedas quererlo infinitas veces. No hagas nada de lo que puedas arrepentirte y así nunca te arrepentirás de nada. Cada decisión que tomes intenta tomarla desde este principio, aceptándola plenamente. No hay segundas oportunidades que valgan más que una sola bien aprovechada. Sigue tus pasiones plenamente.

-Conocerte a ti mismo es conocer tus propios límites y potencialidades. Tus carencias y defectos, tus talentos y virtudes, no son tales, son tan sólo tus modos de ser. Y tu eres hermoso desde antes de nacer. Puedes lograr lo que te propongas pero quizá a un muy alto precio, entonces, lo que hagas debe valer la pena hacerlo. Encuentra tu vocación y dedícate a ella.

-Posee la gran salud y encuentra la gran risa. Quiere a la vida, cuídate, protégete, prepárate y ríe mucho, sobre todo ríe de ti mismo y tus ridiculeces desde la afirmación.

-Domina el arte de olvidar que es dejar ir las cosas sin rencor, pero nunca olvides que no puedes regresar el tiempo. Las cosas no pueden repetirse y volver a cero. Libera tu espíritu de lo que le sea pesado para darle entrada a cosas mejores que le den tranquilidad y le proporcionen alegría.  

-Aprecia al dolor como fuente de sabiduría. Nada bello ni nada grande ha sido creado sin una alta cantidad de sufrimiento, recuerda esto siempre y encauza tus pesares a generar cosas buenas. Aprovéchatre del dolor y hazte su amigo sin acostumbratte mucho a él, es un perrito y monstruo bueno, pero puede convertirse en una fiera.


-Rechaza la violencia en todas sus formas. El humano es un animal agresivo por naturaleza pero es también uno con capacidad racional. No obstante, a más razón, más posibilidad de caer en la irracionalidad y la barbarie. Por lo mismo es que de todos los animales inteligentes el ser humano es el más canalla.
La violencia es la manifestación concreta del mal y es dañina, lo destruye todo y envilece al alma. Nunca hieras ni causes daño a nadie intencionalmente si no quieres volverte alguien despreciable y un cretino.
Los celos, la envidia, el odio, las groserías, los insultos, las peleas y las agresiones son bajezas y actos ridículos propios de gentes que se degradan así mismas por no hacer buen uso de su razón ni tener dominio de sí.

-Conjurar el egoísmo. Christian De Duve, Premio Nobel de Medicina 1974, nos advirtió antes de su muerte por eutanasia que la humanidad se dirige hacia la catástrofe a fuerza de cultivar el egoísmo. Este pobre hombre no logró expulsar de sí la preocupación por la ya casi exigua capacidad de los hombres de reconocerse unos en otros. Como si la necesidad humana de encontrar o crear su lugar en el cosmos haya sido vaciada de contenido y ya no se encuentre en el centro de sus cuestiones vitales.
Es necesario reconciliar constantemente a la vida y con la razón. Habitar y reconquistar la existencia desde la interioridad que no es sino la fuente de la persona, la vida del alma que se hace presente en nuestros pensamiento, pasiones, emociones,  sentimientos, deseos y sueños.

Si logramos ser dueños de nuestra casa, aquello que somos en plenitud y que de lo que el “Yo” es sólo el inquilino, podremos dar el paso siguiente hacia el  reconocimiento propio y el reconocimiento del otro en toda su dignidad y dimensión. Logrando así la empatía.
La vida es todo lo que somos y lo único que realmente poseemos. Por ello debemos defenderla en toda su diversidad, protegerla en el otro, atesorarla en la alteridad desde lo más íntimo de nuestra interioridad.

Hace siglos, el gran Epicuro señaló que la amistad es condición necesaria para ser feliz. Hay que poner en el corazón de la propia felicidad la aceptación del otro desde su diferencia; alimentar la pasión por abrazar la vida toda en su compleja e infinita diversidad; afirmar a la alteridad y reconocer los muchos lazos que nos unen con los marginales del mundo (la enorme mayoría de los seres humanos).

Encuentra con quien construir, llorar, reír y danzar. Has de tu virtud una basada en el amor y la humildad solidaria fruto de la sabiduría.Evítala la en lo posible y confróntala, cuando emerja su impulso en ti, hasta hacer de ella una pequeña sensación tan incómoda cuan incapaz de alterar tu ánimo.  

-Se jovial y sensato. Renuévate alegremente pero sin ser impulsivo. Sé paciente, re-invéntate hasta encontrarte y luego piérdete de nueva cuenta sin perder de vista tu lugar de llegada. Y, cuando te sientas en verdad perdido tómate las cosas con clama, no reacciones sin antes tener claridad en tus objetivos y haber considerado suficientemente las consecuencias de lo que estás por realizar. Quizá des un largo recorrido y devengas el mismo que ya eras. Pero ese es el camino, no hay ninguna meta fija, ni un fin, ni un final (que no sea la muerte) en el que todo se resuelva. Aprecia el recorrido.

-No des demasiada importancia a las cosas serias y, en cambio, tómate muy en serio las cosas poco importantes. Las primeras ya valen por sí mismas y puedes evitar la angustia; a las segundas puedes convertirlas en motivo de gran satisfacción si así las consideras.

-Aprende a sentir tu ritmo interno y el ritmo de las cosas, presta atención y escucha el fondo musical de la vida. Así podrás bailar y hacer del vivir un arte... tu propio arte… tú mismo una obra de arte.


-Y nunca olvides cuánto te amo y lo que vales. Significas todo para otra persona que te conoce mejor que nadie.

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